
15 Jun Audax Xacobeo 2014
Hace nada, planificando la temporada y ya, sin darnos cuenta, uno de los objetivos del año se presenta ante nosotros como un regalo a un niño.
Duros entrenamientos, madrugones, dolores, etc… pero, cuando tenemos delante algo tan duro, por lo menos en mi caso, siempre aparecen las dudas de si se habrán realizado bien las cosas, si me faltan kilómetros, si he subido suficiente… en fin, los miedos y reservas que creo será lógico tener.
Este Audax Xocobeo 2014 se presentaba en “duo”, solo seríamos mi padre (José Mª) y yo, quienes la habíamos incluido en nuestro calendario de brevets.
Por mi parte estaba encantado de poder intentar completar por primera vez este proyecto que ya puso en marcha mi padre hace tres años (y en esa ocasión, fue el SOLO, quien se aventuró a completarlo). El año pasado acompañe a los Audax hasta Ponferrada, ya que mi objetivo de ese año era alcanzar los 500 km.
AL LIO:

Poco a poco va amaneciendo y recorremos los primeros kilómetros de la ruta, los cuales conocemos a la perfección, son habituales en las salidas de entrenos. Nos encontramos rápido en Aldea del Fresno desde donde comenzamos con la subida a Chapineria, desde el principio desarrollos muyyyyyyy cómodos y siguiendo las indicaciones del veterano: “calma, calma, sube piñón… que nos queda mucho”.
Sigue la ruta con toda normalidad, eso si con mucho tráfico, hasta el Primer Control en San Martín de Valdeiglesias (73 km), donde desayunamos algo y sello al canto. Tras unos ajustes de cala de mi padre, nos ponemos en marcha hacia El Barraco, como no, comentando los puertos de La Grediana, ya que muchos de ellos están a escasos kilómetros de nosotros (otro reto precioso que habrá que intentar).

Pues nada, no tenemos prisa, así es que fuera plato, marcheta cómoda y dando relevos van pasando los kilómetros, pero con las altas temperaturas son muchas las paradas que hay hacer para refrescarse.
Serían las 15:30 horas cuando llegamos al Tercer Control en Arévalo (185 km), paramos a comer algo consistente, pero con el calor solo apetecía beber y beber, de momento las sensaciones que llevábamos eran muy buenas y con ganas de seguir.

Se me ha olvidado decir, que desde que coronamos el Puerto de la Paramera, lo del aire a favor se terminó, muchos kilómetros en los que, aunque no muy fuerte, llevábamos un aire en contra que te hace ir un puntito “jodido”, esa sensación de que poco a poco hay desgaste.
Entre tanto campo seco, comenzamos una bonita bajada hacia un embalse, que recordaba muy bien del año pasado, zona bonita que te da un cambio de aires frescos, aunque por poco tiempo, pero algo es algo.



Tras tres horas de descanso, si lo podemos llamar a sí, volvemos a la ruta (serían las 06:30 am), cuesta arrancar, pero es lo que toca. Vuelve a amanecer y nos vamos acercando a Astorga, donde comienza la Fase III de la ruta (o Fase Infierno jajajajajaj).
Al pasar Astorga, comienza a ir subiendo el terreno, hasta que nos adentramos en el Puerto del Manzanal, lo bueno de esta subida es que nos brinda alguna zona de descanso y no es excesivamente duro, conseguimos coronar los dos juntos, una fotillo y a comenzar la bajada, que gustito la primera bajada larga en muuuuuuchos kilómetros, que relax!!!

Comenzamos la bajada hacia Ponferrada, zona que conozco bastante, aquí sí que se echó de menos a Adelilla, ya que hemos rodado mucho por estas bonitas tierras de donde ella es, que si subida al Puerto del Morredero, que vamos a Corullón, jejejejejejej, aiiiin que morriña me entró…
Llegamos a Villafranca del Bierzo, punto desde donde comienza la subida al Puerto de Piedrafita, los primeros kilómetros son muy suaves y aviso a mi padre que lo duro comienza en Las Lamas, al llegar allí, al pilón jajajajajaj. Con el calor que hacía a refrescarse en la fuente que ya tenía controlada de una inspección que hicimos Adela y yo hace un mesecillo por allí.
Joder que duro se hacen algunos tramos desde aquí, llevando tantos kilómetros las rampas parecen paredes, pero se llega a Piedrafita, que cara de satisfacción puso mi padre al superar este primer tramo de subida, ya que la cosa no acaba aquí, nos quedan unos 4 km a O´Cebreiro y otros 6 km al Séptimo Control en el Alto del Poio (km 547)
Coronamos, mucho ambiente peregrino arriba, descansando y mirando sus mapas. Seguimos, yo pensaba que esto sería bajada, pero no, los primeros kilómetros empiezan a bajar, pero se sube, baja, sube, hasta que por fin ya si comienza una rápida bajada dirección Samos, por fin un poco de recuperación en las piernas.

Llegamos al Octavo Control en Sarriá (km 586), serían las 18:45 horas y apetecía un descanso y comer algo en condiciones para afrontar la noche. Buenos bocatas de pollo, unas bebidas, un café con bollo casero, vamos lo que pusieran caía.
Después de hacer nuestras previsiones, ya que el haber parado a dormir, nos retrasó los planes, nos ponemos en marcha y copón, ni tiempo para la digestión, fue salir de Sarriá y primer puerto de unos 6 km si no recuerdo mal, con rampas de 9%-12%, que sí, que tampoco es mucho, pero con los kilómetros que llevamos en las piernas, creo que nos podemos permitir el lujo de llamarlos PUERTOS.

Justo antes de ese punto, dos jabalís enormes se cruzan en el camino.
Comienza a hacer fresco y desaparecer la luz del sol, por lo que parada para luces, chalecos, etc… y nos metemos en un bosque, buaaaaa!!! me encantó este tramo, era como estar en una película medieval, pasando pueblos de cuatro casas, con los cementerios sin vallas, las propias tumbas eran el límite del cementerio, me impacto esta zona, eso si los repechos no faltaban, sube y baja cada dos por tres. También se pasaba por muchos albergues y zonas para los peregrinos.
Entrábamos en la cuenta atrás de nuestro kilometraje, por debajo ya de los 100km para meta.
Al salir de esta zona, hay un mesón donde paramos para pillar agua, llamar a casa para avisar de cómo íbamos, eran las 23:00 horas, estábamos en el Noveno Control en Lestedo (km 622), menudo olorcito a churrasco que salía de la barbacoa.
Vuelta a la ruta y vuelta a la civilización, se pilla una nacional y otra vez mucho tráfico, pero llevamos buenas luces y se nos ve bien.
Con diferencia este tramo fue el más duro, tanto por el cansancio como por el continuo sube y baja del terreno, parece que no pasaban los kilómetros, ya había un poco de desesperación por parte de los dos.
El culo iba como una flor y hacía frio, las manos dolían de apoyar en el manillar, los resoplidos salían sin pensar de nuestro interior jajajaja

Estamos muy cerca, ya solo quedan unos 9km pero como no conozco nada se me sigue haciendo eterno, con lo poco que queda y me entra hambre, meto mano a la bolsa y sorpresa, no queda nada, pero si llevaba kilos de barritas, geles, medias noches, jodo que “ferrari”, yo creo que vuelvo con más kilos.
Ya estamos entrando en Santiago, por fin, solo nos queda llegar al hotel, la verdad es que muy directo, un giro por aquí otro por allí y al final, estamos en la puerta, NOS DAMOS UN ABRAZO, reto conseguido después de 707 km, eran las 03:50 horas.
Dejamos las bicis, ducha rápida, cremas y al sobre.
Tras un merecido descanso, nos acercamos a la catedral, SIN LAS BICIS, para la foto de rigor y después vuelta a Madrid en avión.
Poco más que contar, ha sido algo inolvidable, con una compañía MUY MUY MUY MUY ESPECIAL (gracias por no dejar de enseñarme).
P.D. El padre: Pues anda que tú…….menuda tranquilidad sabiendo que estás ahí…..una pasada!
Por David Campos y Jose Mª Campos
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