
06 Jul Crónica Luchon-Bayonne 2014
Sábado, 28 de junio de 2014, son las 05:30 y suena el despertador, no sabemos ni donde estamos, ahhh sí, estamos en Francia para hacer la Luchon-Bayonne 2014, “vamos Adela arriba que hay que pedalear”.
Salimos en el grupo de 06:30 a.m., los Randonneurs, aunque la idea era parar a dormir pasado Oloron y muy buena idea como veremos más adelante.
Íbamos “a pelo”, es decir, con mochilas, todo encima y sin coche de apoyo, por lo que tras dejar en la salida las bolsas con ropa de vestir, sellamos y nos pusimos en ruta con toda la ilusión y ganas que nos trajimos de Madrid.
Adelilla era un puro saco de nervios, su primera GRAN PRUEBA DE LARGA DISTANCIA, con SEIS puertos y 320 km por delante, querer es poder y vamos que sí pudo con ello. En la edición de 2012, vinimos de acompañantes, con las bicis e hicimos algunos puertos, pero no la marcha al completo.

Los tres juntos, charlando sobre lo que nos quedaba y lo bonito que era aquello. De repente, vemos a lo lejos las ZETAS de la carretera que nos lleva a la cima, todo verde y una hilera de ciclistas van luchando con esas rampas, creo que si paso mil veces por allí, mil veces que me sorprenderá ese tramo.
Llegamos los tres a la cima, foto y nos pusimos a bajar. En una de las curvas una mujer gritando que pasáramos con cuidado, joer, había una ambulancia socorriendo a alguien que se había caído, buffffff que miedo.
Seguimos bajando y nos metimos en la población de Arreau para pillar agua y comer algo antes de comenzar el segundo puerto, el cual era nuevo para Adela y para mí, nunca lo hemos subido en bici.
La cosa iba muy bien, Adela a su ritmo, mi padre en este un poco más atascado pero bien.
Como se nota que esto no es una QH (con todos mis respetos), pero es un placer ir saludando a gente que no conoces, gente que te anima, es la primera vez que les ves y te tiras un buen rato charlando con ellos, sin prisas!!!

El siguiente puerto, Col du Tourmalet (2.115 m) o el “monstruo” como lo llamaba mi padre. Pensé que habría mas kilómetros entre uno y otro, pero en nada llegamos a St Marie de Campan e hicimos una parada en la fuente para prepararnos mentalmente y con la idea de parar las veces que hiciera falta en la subida.
Comenzamos, poco a poco, zampando los primeros kilómetros del “monstruo” y dejamos a mi padre que el subiera a su marcha y sin agobiarle.
Como hace un par de años, al poco de comenzar nos pasan los corredores que están compitiendo en el Duatlhon del Tourmalet, que porque los diferenciamos? Porque los tíos y tías nos pasan con plato metido, jjjjjj asustaditos nos quedamos al verles pasar.
Adela iba mejor de lo que me esperaba, al rato vemos en lo alto de la montaña ya El Pic de Midi, por lo que en breve comenzaríamos a ver los túneles, como los llama ella y un aire en contra nos comenzaba a avisar de lo que nos esperaría después… el infierno.
Con la zona lumbar al rojo vivo, en La Mongie, paramos un momento a estirar un poco y seguimos, pero el INFIERNO se abría ante nosotros, el aire cada vez mas fuerte nos pegaba por todos los lados: arriba, abajo, izquierda, derecha, de frente, buaaaaaaa, eso no estaba previsto, si ya es duro el puerto, con esto nos mata. Seguimos con mucho cuidado ya que todo el mundo iba dando bandazos en la bici, en una de estas que sopla fuerte, me pilla racheado y veo que me salgo de la carretera, Adela pega un grito: Daviddddddd cuidadooooooo!!!, ostia que susto, consigo enderezar la bici pero me veía que bajaba el puerto por la pradera. La gente ponía pie a tierra y subía andando, pero por mis pelot… y sus ovari… que este no nos vence. Nos quedaban menos de dos kilómetros, puse a Adela a rueda y apretando dientes, manos y lo que fuera íbamos pasando curvas, ya estábamos en la última rampa, “vamos Adela que esto está” le decía y la gente que había por allí se sumaban a darle ánimos sin conocerla de nada, “vamos Adela que llegas”, Dios se me pone la piel de gallina recordando aquello.

De nuevo el calor apretaba y paramos a ponernos otra vez de verano.
Al poco vemos una buena grupeta y nos ponemos a rueda, llevaban un ritmo muy bueno para nosotros. Pasamos Argeles-Gazost (111 km) y se veía a muchos participantes comiendo en los bares y restaurantes.
Con la grupeta conseguimos llegar a pie del cuarto puerto del día, nos tocaba comenzar a subir el Col du Solour (1.450 m), hacia un bochorno increíble, una humedad que nos hacia sudar sin dar pedales, antes de llegar al tramo llano, mi padre nos aviso que había una fuente y nos paramos a beber como locos. Después el terreno nos daba un respiro que se agradecía y a lo lejos unas nubes muy feas nos daban miedo por lo podría estar pasando en la cima.

Ahora nos tocaba otro tramo nuevo para nosotros, preguntamos a unos españoles sobre el perfil y nos animó bastante.
Que bonito, esta zona me dejó alucinado, la carretera bordea toda la montaña pasando por túneles en la piedra, con unas vistas de lujo. Plena montaña, con perros pastores que se te cruzan y parece que te dicen, que leches haces tu aquí?
Este tramo se hizo muy ameno ya que íbamos a la par de dos franceses, adelantándonos cada dos por tres, parecía de coña.
Comenzaban los últimos 5 kilómetros de subida, algo pesados pero motivados por pensar que aquí terminaría lo duro de la jornada (pero nada más lejos de la realidad). Lo conseguimos, estábamos en el Col d´Aubisque (1.709 m), menuda niebla cerrada, cada vez más densa. Por allí unos caballos que se acercaban para ver si les caía algo de comer. Nos hicimos una fotillo y entramos en la cafetería a tomar algo caliente, Adela que ve un queso, ummmmmmmmmmm, no se aguanta y nos ponemos a explicarle al camarero si le corta un trozo, se portaron de maravilla, con su pan y mermelada, se puso las botas.
Nos quedaba una buena tirada al hotel, por lo que paramos para avisar sobre que hora podríamos estar allí. Ya en el cruce con el Portalet pasamos por una zona donde habría unos 10 participantes cobijados en una caseta de venta de souvenirs y nos gritaron al vernos pasar: ale ale ale!!!
Seguíamos dando pedales, el terreno no era duro, pero no paraba de caer agua, calados hasta los huesos la noche nos absorbía, había que poner luces.
No se presentaba fácil y nuestro destino estaba todavía a bastantes kilómetros. Fuimos pasando poblaciones pero ya no se disfrutaba tanto, las condiciones climatológicas eran muy duras, no decíamos ni pio, cada uno iba metido en su sufrimiento. Yo estaba muy preocupado por Adela, en que lio la he metido, pensaba para mis adentros.
Ya vimos el primer cartel indicativo de Oloron (192 km), pero nosotros teníamos que seguir algo más. Hacíamos nuestros cálculos de lo que nos podía quedar, pero ya no podíamos pensar mucho, un poco desesperados, pensando que no había hotel y que nos tocaría estar toda la noche empapados…
Por fin, unas luces a lo lejos, vemos el cartel de Montory y a la izquierda el hotel, POR FIN SALVADOS, pedimos las llaves, ya no nos podían dar de cenar pero no importaba, solo queríamos quitarnos la ropa mojada y una ducha caliente.
Y a dormir.
Nos levantamos sobre las 07:30 para desayunar y continuar la marcha. La temperatura no era mala y parece que no llovía, vimos que en hotel habían pasado noche otros participantes, allí estaban sus bicis.
A los 5 km de salir comienza a llover, vaya tela, venga a poner el chubasquero, creo que nos pusimos y quitamos los chubasqueros en esa mañana más de 15 veces jajajajaja.
A la hora de haber salido del hotel, ya comenzaban a alcanzarnos algunos participantes que pasarían la noche en Oloron.
Todavía nos quedaba el ultimo puerto de la marcha, comenzamos a subir el Col d´Osquich (500 m), llovía y paraba todo el rato, se nos hizo muy cómodo la verdad, el final es muy fácil y llegamos al control. Allí estaba la organización con música típica de la región y recibiéndonos con una sonrisa enorme. Comimos algo y último sello antes de Bayonne.
El recorrido es muy rompe piernas, no hay grandes desniveles pero es un continuo sube y baja, Adela comenzaba a estar cansada de tanto repecho y de llevar mucho tiempo calada de agua.
En una de estas que se le cruza el cable, veo que pone plato y se pone a 35 km por hora, pero que hace esta jajajajajajaja que nos revientaaaaaaaaaa.
Subiendo otro repecho, escucho unas voces que me son familiares, eran Andrés, Susana y Benayas, nuestro amiguetes de Madrid, vamos un ratillo juntos, pero se tienen que parar por un tema mecánico.
Nos quedaban unos 12 kilómetros y nos pilla un grupo de vascos, con un buen ritmo, apretamos y nos ponemos a rueda, Adela iba como una moto, no se quedaba, yo estaba FLIPANDO.

Aparece una cuesta y Adela me dice que tiene que quitar el plato, ningún problema, el grupo sigue pero ya estamos a un kilómetro, giro, giro, giro y aparece el Polideportivo. BREVET COMPLETADA.
Que satisfacción, nos dirigimos con las bicis hasta la entrada del pabellón y nos fundimos los tres en un fuerte abrazo por nuestro logro.
Vamos a sellar nuestro preciado carnet de ruta y comer algo. Saludando a muchos conocidos de la MGM.
Ducha y vuelta para Madrid.

Sorprendido muy gratamente por la capacidad de superación de Adela, que con año y medio de rodaje ha conseguido superar este impresionante reto.
Si todo va bien, en el 2016 repetimos. Solo me queda decir que, ESTO ES PASION POR LA LARGA DISTANCIA!!!
….y tener la cabeza muy bien amueblada para saber en todo momento donde estas y lo que debes hacer… muy orgulloso me siento (P.D. del padre)
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