
25 May Crónica SR LUAI GREDIANA by Jose Mª Campos
“MI SR LUIA GREDIANA” 21/23-5-2015
By José María campos
AL FIN SE ME VE….ya en casa.
PARA LOS AMANTES DE LAS ESTADISTICAS:
DISTANCIA: 620 kms. –
DESNIVEL ACUMULADO: 10060 mts.
SALIDA: Jueves 21 a las 16h 30’
DESCANSO: Km, 409 EL BARRACO 9h 30’ (Desde las 19h30’/05h) PARADAS COMIDAS (No más de 30’) – (TALAVERA DE LA REINA KM 155 – CASASVIEJAS KM 308 – NAVAS DEL MARQUES KM 520) – RESTO DESCANSOS: A discreción y no más de 5/10’-LLEGADA: Sábado 23 a las 17h 30’
El tiempo neto empleado es el mismo que en mis ediciones de la Barcelona-Perpiñán-Barcelona, pero eso si……..con casi 4000 mts. más de desnivel Le tenía muchas ganas. El año pasado no pudo ser, pero de este año no podía pasar……el tiempo corre que se las pela. Realizada como debe ser: Solo, con mi mochila, mi móvil y aquello que resultara realmente imprescindible para autoabastecerme.
He mantenido la filosofía de la prueba basada en la libertad y madurez de los participantes (No se debe hacer en grupo, ni con coche acompañante, ni otros avatares que se le parezcan), ya que tiene personalidad propia, tal y como me había comentado Sophie Matter (Responsable de las SR en L’ACP).
Si esto no fuera así, se convertiría en un brevet 600 más, con un poco más de dureza, pero NO SERIA una SUPER RANDONNEE, tal y como fue ideada e ingeniada por L’ACP. Sophie, mi opinión es que el Reglamento debe volver a su estado original, eliminando de la MODALIDAD RANDONNEUR la posibilidad de ir en grupo (El resto de condicionantes ya está incluido en el Reglamento….aunque no se respeten en algunos casos).
Es lo que pasa cuando relajas las condiciones, se empieza permitiendo ir en grupo y se acaba fletando un autobús con los acompañantes. Y eso NO ES….. Si no lo hacemos así, al final, esta prueba quedará como un medio para alcanzar un fin (Distinción Randonneur 10000), pero, en ningún caso, se considerará como un fin en si misma: Reto al alcance de muy pocos……..de ahí su belleza y atractivo. ¡No la perdámos!
Y si queremos ir acompañados y con otros medios, utilicemos la MODALIDAD TURISTA. Después de esta parrafada, tengo que entonar el “mea culpa” porque, yo mismo, dejándome llevar por la interpretación del Reglamento, por la inercia costumbrista y porque quería disfrutarla con unos amigos me plantee su compañía, pero ellos declinaron mi oferta porque no era su momento….quizás cuando ellos la intenten hacer, si el Reglamento se mantiene y no se demoran mucho, pueda volver a disfrutarla con ellos. Pero bueno, al lio:
El día previo a la gran cita me pasé por El Barraco para llevar intendencia al hostal restaurante El Chato y ultimar los detalles de la cena del viernes 22 con mi amigo y propietario David (Gran amante de la bicicleta también) El clima imperante en esos días resultaría determinante para elegir el “ajuar” que iría a mi mochila.
Las noticias eran claras al respecto: Mucho viento de norte, frías noches y temperatura diurna agradable. La elección fue clara: Protegerme, dentro de lo posible, en la noche, aun cuando era consciente de que pasaría un poco de calor durante el día con el consiguiente peligro de deshidratación (Problema que quedó resuelto haciendo paradas en lugares estratégicos y el cuerpo te lo pedía) A las 16h30’ del día 21 de mayo me puse en camino con una ilusión enorme y ganas de disfrutar de, al menos 50 horas, del ciclismo que a mí me gusta.
Mi intención primera consistía en coronar el puerto de El Piélago, km 112, antes de que cayera la noche. No pudo ser porque esta se presentó cuando aún quedaban 5k para la cima. En la bajada pude comprobar en propias carnes la nochecita que me esperaba: ¡Que frio pasé! Tanto que en Navamorcuende busque desesperadamente un “caldito” para poder reaccionar, pero me tuve que conformar un una ración de higos que llevaba.
Afortunadamente la carretera hasta Talavera de la Reina era favorable y zumba que te zumba conseguí entrar en calor y aquí si….Caldito y tazón de cola cao con madalenas. La temperatura ambiente se suavizó hasta Ramacastaña (Pie del primer coloso: puerto El Pico), pero se hizo un poco pesado. En este punto repuse líquido y me preparé para afrontar lo que me esperaba….la temperatura ya había bajado considerablemente y el viento arreciaba cada vez más fuerte.
Hasta Mombeltran bien, aunque frio y aire se incrementaban, después Cuevas del Valle con bastante altitud ganada y en esta noche tan cerrada, se divisaban perfectamente las lucecitas de los pueblos del valle a mi derecha. Desde aquí se me hizo eterno, en la noche pierdes las referencias y aunque sabes la distancia que queda hasta coronar es muy difícil averiguar detrás de que curva encontraras la “felicidad”.
El frio y viento seguían incrementándose. Era muy difícil hacer progresar la bicicleta y mantener el equilibrio, veías Lanzahita abajo…muy abajo y no podías dejar de pensar en el precipicio de tu derecha. Un camión se acerca y las condiciones eran las que eran. No quedaba otra: apretar los dientes y apretar y apretar para mantener la verticalidad y que pasara ese “cáliz”. No había opción, o eso o pie a tierra, pero luego ¿Quién arranca con la pendiente y lo que estaba cayendo?
Curvas y más curvas, aire y más aire, frio y más frio y la señal de la fuente que hay en la cima del puerto no llegaba. Así un km tras otro y con algún que otro episodio de otros dos o tres camiones……y mi mirada continua a la “sima” de mi derecha y las lucecitas del valle cada vez más lejos. ¡Por fin, ahí estaban la señal de la fuente y la cima del puerto!….lo que me encontré fue dantesco: Un aire ensordecedor y un frio gélido…como pude me “calcé” todo lo que llevaba en la mochila: manguitos, escafandra, camisetas, dobles guantes…en fin todo y superpuestas unas prendas sobre otras….vamos para una foto! La bajada fue de época…frio es poco: FRIOOOO, tiritona, pero como no hay mal que cien años dure, el descenso afortunadamente no es muy largo y tampoco había coches, el martirio casi acabo en el cruce de la carrtª hacia el Barco de Ávila. Empezaba a verse un poco de claridad y anhelaba esos reconfortantes rayos de sol, pero antes había que afrontar la subida a Hoyos de Miguel Muñoz. Km 228.
Me detuve al inicio de la subida para recomponer un poco mi atuendo ya que con tanta prenda casi no podía ni moverme. Paré al lado de un coche y de pronto veo que se abre bruscamente la puerta derecha y aparece un hombre visiblemente sobresaltado: ¡Coño, exclama!. Si creí que eras un aparecido…me dice ¿De dónde has salido?….se lo explico y se echa las manos a la cabeza la mueve de un lado a otro y se vuelve al coche……..no sé si se dormiría otra vez, pero lo dudo. En el Alto aparecieron unos tímidos rayos de sol, sin aire, pero si mucho frio. Camino de Serranillos se abría el día paulatinamente.
Era un amanecer claro y muy bonito, de los que hace muchísimo tiempo que no disfrutamos. Los rayos de sol amortiguaban el frio poco a poco y…en esas me presenté en Serranillos. Todo cerrado naturalmente y decido continuar hasta la fuente que hay en la cima del puerto para tomar algo y coger agua. La larguísima bajada por el puerto de Pedro Bernardo y el tramo hasta Casasviejas se hicieron también igualmente pesados. Quizás porque el estómago me estaba avisando de que había que comer algo y la impaciencia por llegar no es buena compañera de viaje. Todo llega y en el bar de la curva bocata de jamón y queso y tostadas con mermelada y cola cao (casi dos barras de pan formaban el tándem).
Se inicia uno de los tramos más duros de esa jornada: había que afrontar los puertos de Mijares, Navalmoral y La Paramera, antes del merecido descanso. El aire seguía pegando con fuerza y el calor apretaba. Los dos primeros, aunque me los tomé con tranquilidad, se hicieron largos….como siempre y La Paramera fue el que más disfruté: Era el último de los tres y el aire me ayudó un poco.
Con estas llegué a El Barraco a las 19h30’ km 409….A DESCANSAR! Tenía pensado reiniciar la marcha a la una de la madrugada, pero me costó olvidar lo acontecido la noche anterior (Todavía me tocaba afrontar la cara norte desde Cebreros hacia Ávila), así que calculé para que al coronar Arrebatacapas el sol ya hubiera calentado la “hierba”. Total, retrasé la salida a las cinco de la mañana ya que de tiempo iba bien. Acerté, cuando coronaba El Puerto de Arrebatacapas el sol ya había hecho acto de presencia y aunque el aire seguía soplando con mucha fuerza, nada que ver con lo acaecido la noche anterior.
Llegada a San Bartolomé de Pinares e intento reponer fuerzas con las viandas que llevaba. Me siento en un banco y oigo un ruido que me resultaba familiar pero que no lo asociaba al lugar donde estaba, como de un motorcillo,…..zasca! debajo del banco apareció un difusor del riego automático….¿Os imagináis el resto?. El aire seguía haciendo de las suyas, pero la alegría se desató en la cima del puerto de El Boquerón. Digo alegría relativa, ya que era el último coloso y presuponía que el aire me sería favorable a partir de la bajada, en Ávila, ya que tomaría el sentido inverso. Pues va a ser que no y tampoco contaba con el puertecillo de Valdelavia…si, si el de los molinos eólicos.
No es excesivamente duro, aunque si largo, sobretodo, cuando no te lo esperas y también que las fuerzas se iban quedando un poquito en cada repecho. Cartel a Navas del Marqués de 15 kms y la motivación e ilusión volvieron….ya estaba prácticamente en casa. Parada en el bar de la rotonda. ¡Nuevo bocata de jamón y queso y tazon de cola cao con croissant!….¡Que hambre, por Dios!. Fueron nuevas energías para afrontar la durísima subida a Stª Mª de la Alameda, después vendría el puerto de Robledondo, corto y suave, La subida al Pimpollar, Robledo de Chávela, Peralejo y paseo de júbilo hasta llegar al punto de partida BOADILLA DEL MONTE. Ha sido una de las mejores experiencias de mi vida. Para enmarcar junto con mis PBP, la London Edimburgo y mis participaciones en la Barcelona Perpiñán.
He disfrutado y me lo he pasado de maravilla, que, por otra parte era el objetivo. Si la volvería a hacer?…por supuesto que sí. La SR LUAI GREDIANA, es una prueba dura, pero no es de una dureza extrema pese a los 10000 mts acumulados en unos desniveles muy prolongados, que raramente sobrepasan el 8% de pendiente, lo que te permite controlar perfectamente tus esfuerzos, algo muy importante y que te transmite confianza.
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